Llegar a
este lejano paÃs es toda una experiencia no solo para mÃ, un pobre diablo que
está donde quiere estar, sino hasta para el más experimentado viajero, no sabes
lo que te espera y más aún en plena euforia mundialista.
De entrada
te encuentras con una ciudad que impresiona por su majestuosidad y grandeza,
por su historia, por la frialdad de su
gente, por su economÃa vibrante y vigorosa, por sus dimensiones y por su población,
muy cercana a la de la Ciudad de México, pero sobre todo por sus hermosas mujeres donde hasta la fea es bonita.
Aquà nada
se pasa por alto, todo está controlado de
la misma forma que los asistentes al Mundial, este lugar no está hecho para
los excesos que los mexicanos acostumbramos, no puedes dormir en los jardines,
ni tomar alcohol en la calle, ni se diga hacer tus necesidades en publico, terminarÃas
en la cárcel, tienes que reportar cualquier
movimiento, desde el hotel donde te hospedarás, hasta la fecha de salida.
Pero ni eso
impide que los cientos de miles de aficionados al fútbol maximicen su tiempo
para armar la fiesta dÃa y noche y carguen pila con un par de horas de descanso
para volver a conectarse y continuarla, Moscow se ha convertido en estos dÃas
en el centro del mundo, todos se saludan y festejan el triufo del paÃs sede, aquà no existen crisis economicas, ni diferencias
sociales, el racismo en el Mundial se
quedó muy lejos, tan lejos que ni siquiera se ve.
Las noches wowwwww, las noches son otra historia.
Saludos
hasta la maravillosa tierra que nos vio nacer, la Heroica Tlapacoyan Veracruz.