Delincuencia se apodera de San José Acateno

Ante la ineptitud de las autoridades pobladore  cierran los accesos a sus comunidades

SAN JOSÉ ACATENO, Pue.- Las ejecuciones, los secuestros, extorsiones, asaltos y demás delitos que a diario se cometen en el municipio, así como la indiferencia de las autoridades por hacer algo al respecto, orilló a los pobladores a tomar esta medida.

Antes esta situación, habitantes de Joloapan, Socialistas ,Puxtla, Insurgentes, Valsequillo, y está cabecera municipal, aseguran que la ola delictiva ha incrementado de manera alarmante en todo el municipio, principalmente en las zonas limítrofes con el estado de Veracruz. En comunicado difundido en redes sociales, exigen a las autoridades federales, estatales y municipales meyor seguridad en los caminos y atiendan la situación, debido a que en últimos meses han incrementado las ejecuciones, seciestros, extorsiones, cobros de piso, robos y demás delitos.

A través de las redes sociales circula un comunicado firmado por “Localidades y ejidos en resistencia”, quienes hacen un llamado a las autoridades para que envíen mayor vigilancia en las comunidades Puxtla, Insurgentes Socialistas y Valsequillo, solo por mencionar algunas.

Aseguran los quejosos que en los último meses sujetos fuertemente armados se han dedicado a sembrar el terror entre los citricultores del llano, a quienes a base de amenazas les exigen fuertes cantidades de dinero, además de visitarlos en sus establecimientos para que cumplan con los pagos a cambio de no ser molestados.

Por tal motivo, los pobladores exigen a las autoridades que brinden seguridad, realizando las acciones necesarias hasta dar con los delincuentes e incluso solicitan la presencia del Ejército.

Aseguran que en muchas comunidad algunas familias han tenido que abandonar sus hogares y emigrar a otras ciudades dentro y fuera del estado, ya que no han resistido las constantes amenazas que reciben por parte de estos malhechores. 

Antes la indiferencia de las autoridades, la ciudadanía tomó la decisión de tomar la seguridad en sus manos y cerrar con decenas de costales la entrada para que nadie pueda entrar al pueblo por temor que lleguen los delincuentes a cometer sus fechorías.